No se vende, pero fue comprado

El contenido de este blog no puede ni debe ser vendido, pero ha sido comprado.
El tiempo que uno dedica a las cosas o a las personas es lo que las vuelve valiosas. Cuando doy mi tiempo a algo estoy cediendo mi vida, la vida que transcurre en ese tiempo. El receptor termina teniendo algo mío. Esta es la clave para cumplir con el mandato de Levítico 19: 18: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Pero Jesús nos dio un nuevo mandamiento: Amar al prójimo más que a uno mismo, hasta dar la vida por él. (Juan 15: 12-13) Salvo para defender la integridad de algún integrante de la familia o de alguien muy amado, nuestro sacrificio no es beneficioso en la forma en que resulta el de Cristo. Perder la vida cruentamente en beneficio de otro no redime porque somos pecadores. Pero sí es posible dedicarle tanta atención a alguien que podamos afirmar que hemos dejado la vida en él o por él. No de manera cruenta o sacrificial, sino en cuanto a entrega y dedicación. Así como le dedicamos nuestra vida a Jehová, también es bueno darla por otro invirtiendo nuestro tiempo en él.
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miércoles, 19 de febrero de 2014

10 - La eternidad en diez segundos




- No me imaginé que fuéramos a hacer lo que me propusiste efectivamente.

- ¿Por qué, July?

- ¡¿Qué sé yo?! No sé. Preparar arroz con manteca, como una pareja que no llega a fin de mes. Hasta ahora nos habíamos agasajado; esto es bien de entre casa, como me dijiste. Falta que te quedes a dormir.

- ¿Es una propuesta?

-¡Noooo!

- ¡Mala! ¿Por qué tanto rechazo?

- ¿Cómo por qué? ¿Hablas en serio?

- Sí, hablo en serio.  Si te hiciera falta, me quedaría. A dormir, solo a dormir. ¿Nunca sentiste la necesidad de cerrar los ojos con alguien abrazándote?

- Unas cuantas veces, es verdad.

- Si solamente te contuviera, ¿qué estaríamos haciendo que fuese malo? Pero no es algo conveniente para hacer en este sistema. No por nosotros. Por los demás, todos los demás, los de adentro y los de afuera.

- Me resulta extraño.

- Hay unas cuantas mujeres del mundo que viven solas, que no tienen pareja y que precisan dormirse en compañía alguna vez. Muchas buscan algún muchacho u hombre de confianza y le pagan peaje.

- ¿Pagan peaje?

- Es una forma de hablar. Como la tarifa que pagas en la autopista. Cometen el error de suponer que un hombre no puede ir a la cama con una mujer sin tener sexo. Y se brindan como una suerte de precio que hay que pagar para no estar solas en una noche en la que están especialmente sensibles.

- ¿No es necesario?

- Si elige bien con quién, no. En lugar de suponer qué exige un hombre, lo mejor sería aclararlo, conversarlo, oír qué dice, si está de acuerdo en no tocarla. Si cumple lo que promete, en fin, si puede elegir bien con quién.

- Si hoy te pidiera que no te fueses, ¿lo harías?

- Mientras no pequemos, sí. Con los motivos correctos en el corazón. No como un juego sin el final prohibido, sino como una ayuda no intencionada a alguien que la precisa. Pero te diría que no, a menos que fuese por algo extremo, como que quisieron entrar en tu domicilio intentando violar la puerta. No por nosotros dos, ni por Jehová, porque él entendería si los motivos fueran los correctos, sino por los demás y por las consecuencias que pudiera traerte una conducta mal comprendida  por quienes llevan la delantera.

- La vida es más compleja de lo que parece, Carlos. Cuántos matices diferentes, cuántas cosas que parecen y no son, para bien y para mal, cuántas cosas que no están descriptas, cuánto detalle.

- Tantas conductas diferentes como personas hay y hubo, más las que habrá. Cada uno es diferente e irrepetible. Jehová las conoce y las comprende a todas, hasta a las que todavía no son. Él sabe y ama.

- ¡Qué responsabilidad conlleva vivir la vida!

- Responsabilidad, una palabra de mucho peso. Jesús dijo que conoceríamos la verdad y que la verdad nos haría libres. ¿De qué te liberó la verdad a vos?

- De mi propia ignorancia, de las mentiras de la religión falsa, de la superstición y, si hago lo que se espera de mí, de la esclavitud al pecado, la enfermedad y la muerte.

- Dios te dio libre albedrío. Para poder ser verdaderamente libre, debías conocer la verdad. Para tener un juicio sano era menester estar en posesión de las premisas correctas. Pero eso solo no es suficiente; es el primer paso hacia la libertad, no el último. La libertad lleva consigo responsabilidad hacia quien te la dio. Responsabilidad viene de respuesta. Debes responder, debes responderle al que te la otorgó. Él te ama y espera que le respondas consecuentemente. Adán y Eva no respondieron como Él esperaba.
Para poder responder como se espera de ti, tienes que grabar la ley de Jehová en tu corazón y amar con todo lo que tengas a Dios y al prójimo. Es lo que enseña Jehová en Romanos 13: 8 al 10. Entonces puedes ser libre.
Podríamos estar desnudos uno frente al otro, dormir juntos, pensar en voz alta, contarnos todos los secretos. Nada nos sería prohibido. Pero hoy, aunque fuéramos completamente libres y limpios, algunas cosas todavía no nos resultarían convenientes. Porque hay muchos que no han aprendido lo que es la libertad y les resultaríamos causa de tropiezo. Hay muchos que temen a su propia sombra, aunque conocen la verdad. Pero esa verdad todavía no ha completado el proceso para liberarlos como quiere Dios.

- La maravillosa libertad de los hijos de Dios…

- Es claro. Pero no seremos hijos de Dios hasta que termine el milenio. Sin embargo, Adán era hijo de Dios y pecó a sabiendas. No es la perfección la que garantiza la falta de afrentas a Dios; es el amor, únicamente el amor. Y podemos tenerlo hoy, no hace falta esperar a ser perfectos, puedes amar ahora mismo. Aunque te equivoques, puedes equivocarte amando. Pero difícilmente puedas cometer pecados crasos si amas a todas las partes involucradas, Dios incluido.
Está escrito que la fe va a dejar de ser, que cesarán los milagros, que no habrá más profecías, que lo único que va a quedar es el amor. Dios es amor y creó todo por amor, no por necesidad. No hay nada más importante que el amor, Dios mismo es la personificación del amor.

- Sí, Carlos. Con esos pensamientos, con esos sentimientos en mente y corazón, ¿cómo puedes estar fuera de las reuniones últimamente?
Me duele ver que te deterioras y agonizas en soledad. Porque estás solo aún cuando estoy contigo, me doy cuenta. Percibo que me amas y que te agrada mi compañía. Pero estás solo pese a mí.

- No puedo pedirte que te unas a mí en mi dolor. Es mi amor el que sufre, no el tuyo. Además, no quiero que te equivoques conmigo, si es que estoy equivocado. Creo que no, ellos son los que erraron, los que pecaron en nombre de Dios.

- No amo a Graciela como tú lo haces. Sé muy bien que tampoco tu amor por mí tiene el mismo peso que el que le profesas. No creo que hicieras lo mismo por mí.

- No es cierto. Si me privaran de tu amor y no del de Graciela haría lo mismo. No te amo tanto como a ella, es verdad. Tengo una historia muy larga con ella y raíces muy profundas. Lo nuestro es más nuevo, está creciendo, es una planta joven; ya no un retoño. Te defendería igual, haría lo mismo.
Ellos no pueden ir en contra del amor, del amor limpio, porque ir en contra del amor es ponerse en contra de Dios. En lugar de estar aprendiendo y coleccionando reglas, consejos y órdenes, harían bien en amar. Es más simple y garantiza lo anterior. La mejor manera de obedecer a Dios es amar.

- ¿Qué dices que han hecho mal?

- Lo escribí, le mandé una copia a Osvaldo.

- ¿Puedo leer ese escrito?

- Serías la segunda persona que lo hace. Persona humana, al menos. ¿Estás segura?

- Sí, por favor, si quieres.

- Quiero, toma, léelo.

- « El cuerpo de ancianos de mi congregación ha cometido los siguientes pecados:

1)      Ha pretendido ser más que Jehová.
2)      Me ha robado una amiga.
3)      Hizo a Dios mentiroso e injusto (*).
4)      Se adueñó de una oveja.
5)      Usurpó un lugar que no le corresponde.


1) Jehová es siempre el mismo Jehová: “Yo soy Jehová; no he cambiado”. (Malaquías 3: 6); “Con él no hay la variación del giro de la sombra”. (Santiago 1: 17)
Con Jehová no puede esperarse más que justicia: “la Roca, perfecta es su actividad,
Porque todos sus caminos son justicia.
Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia;
Justo y recto es él.” (Deuteronomio 32: 4)

Jehová es justo, trata a todos por igual, con amor y respeto. Siempre cumple su palabra y aúna el respeto a sí mismo y a su palabra con la consideración a sus creaciones. Cuando le da libre albedrío al hombre, no se lo quita (Isaías 55: 11), siempre lo ha dejado elegir, nunca le impuso una conducta. Siendo el Todopoderoso, pide por favor, aconseja y espera. Dios es humilde.

Con Caín y Balaam, Jehová demostró de qué manera es fiel a su palabra:

Al igual que en el caso de Caín, Jehová expresó su desaprobación, pero al mismo tiempo dejó que la persona hiciera su propia elección, bien para abandonar su mal proceder, bien para precipitarse en un derrotero inicuo. (Gé[nesis] 4:6-8) Balaam, como antes había hecho Caín, se obstinó en no prestar atención a la voluntad de Jehová y se empeñó en alcanzar su propio objetivo egoísta. En el caso de Balaam, fue la codicia por la recompensa lo que no le permitió ver lo equivocado de su derrotero, como da a entender Judas: ‘Balaam se precipitó en el curso erróneo por la paga’. El apóstol Pedro comenta: “Balaam, hijo de Beor, [...] amó la paga de la maldad, pero recibió censura por su propia violación de lo que era correcto. Una bestia de carga sin voz, expresándose con voz de hombre, estorbó el loco proceder del profeta”. (Jud[as] 11; 2Pe[dro] 2:15, 16.)

(Copiado de Perspicacia para Comprender las Escrituras, Volumen 1, “Balaam”, cuarto párrafo, página 278, (it-1-S))

Así como fue la conducta de Jehová con Caín y con Balaam debería ser para conmigo y con Graciela. Dios no es inicuo, le da a todos los mismos derechos. Todos reciben el mismo trato. (*)

Se me ha dicho que: “Para pertenecer a este club las reglas son éstas. Nadie te llamó (1), si no te gusta, sos libre de ir a otra parte”.

Mi libre albedrío, en este caso, no consiste en aceptar “las reglas” o irme. Yo llevé a una amiga de veinticinco años, con una relación consumada, en la que nunca hubo inmoralidad sexual. El proceder teocrático tendría que haber sido aconsejarnos que la intimidad es peligrosa y que podríamos estar en riesgo de caer en inmoralidad sexual, que resultaría conveniente hacer la relación un poco más lejana. La libertad de los dos involucrados, Graciela y yo, consistiría en seguir la relación, atenuarla o interrumpirla, pero por elección propia, no por imposición. Mientras no haya un pecado craso, nadie tiene derecho a intervenir.

Jehová no hace eso, los ancianos no pueden ser más que Jehová.

2) Aquí no hay textos bíblicos, porque no hay más que acciones que son claras por sí mismas.

a)    Nos prohibieron vernos a solas. En realidad no hemos estado realmente a solas, pues siempre hubo un hijo de Graciela en la casa. Simplemente se alejaba lo suficiente como para tener habla confidencial. En mi casa sí estábamos realmente solos, pero fueron pocas veces. (Quizás veinte veces en diez años)
b)   Tampoco quieren que nos veamos en lugares públicos, como una confitería. Apenas admiten que conversemos un poco en el salón y, si ven que la charla dura mucho, viene alguien (generalmente la maestra), interrumpe y se la lleva a otra parte.
c)      No dejan que nos sentemos juntos en el micro que nos lleva a una asamblea.
d)   No le permiten que espere en la misma parada que estoy yo; le asignan una para que no estemos unos minutos cerca, en la calle.
e)     Ella toma un remedio psicotrópico recetado, pero no tiene obra social. Hice arreglos con una médica mía para que me extienda una receta a mi nombre y se lo hago llegar con el descuento de mi servicio. Esto sucede una vez al mes. Suelo entregárselo en la calle, cuando baja del colectivo que la trae de vuelta del trabajo, o bien voy hasta la casa y ella me atiende a través de la reja, sin abrirme. Se oponen a que eso continúe. No quieren que nos veamos ni siquiera en esas condiciones. “Esa relación no puede continuar”

Yo tenía una amiga íntima, con amplia confianza mutua e intimidad sana. Se la llevé a Dios y no la tengo más. La raptó el cuerpo de ancianos y la mataron a la carta exclusivamente para mí. (La amiga que tenía no está más; en su lugar hay un fantasma que se parece mucho a ella)
El anciano que nos coaccionó para que dejáramos de vernos “a solas”, fue removido por no saber gobernar su propia casa. Antes de ello dijo: “Ninguno de los dos va a progresar si se siguen viendo a solas (coacción). Pueden seguir siendo amigos.”

¿De qué manera se puede ser amigo en las condiciones supracitadas?

3) Al no respetar mi libre albedrío ni el de Graciela han hecho a Dios mentiroso, pues las acciones del cuerpo de ancianos han sido realizadas en nombre de Jehová y se me ha pedido que obedezca la voluntad de Jehová; aunque no hay nada escrito en contra de que dos seres de distinto sexo se sienten juntos en una reunión, ni acerca de la amistad profunda entre un hombre y una mujer. No hay registro bíblico. Y, si no hay registro, no dice nada ni bueno ni malo acerca de ello. Es un principio jurídico que lo que no está prohibido está permitido.

Más allá de la buena intención del Cuerpo Gobernante, la prohibición de un acto para evitar un pecado no hace más que postergar el momento. La persona no peca porque se presenten situaciones adecuadas o conducentes. Peca por falta de amor. Falta de amor a Jehová y a la tercera persona involucrada. Se peca por iniquidad; o sea, por no tratar a la víctima y a Dios con la misma importancia que a uno mismo. Justamente, el término inicuo significa literalmente “no igual”; no tratar a otros de la misma manera, no amar al prójimo como a uno mismo, de igual forma que a uno mismo. La balanza del pecador se halla inclinada hacia él mismo. Los motores del pecado son: orgullo y egoísmo. Y estos dos parten de una excesiva valoración personal.

4) Le han impuesto su voluntad y conciencia a una oveja del redil. Graciela está siendo obligada a obedecer bajo amenaza de discontinuar el estudio si nos relacionamos. todas las semanas le preguntan si nos vimos. Una revisión a las órdenes del punto 2 es más que ilustrativo del hecho de que se apropiaron de ella y de su libertad de conciencia.

5) La limpieza de la congregación está a cargo de los serafines. Ningún ser humano está autorizado a intervenir, a no ser que llegue a su conocimiento la comisión de un pecado grave, y esto bajo ciertas reglas teocráticas. No es cristiano estar vigilando a los hermanos, asignarles intenciones de un corazón que no pueden leer, ni anticipar hechos que no pueden predecir. (Podrá ser común y hasta probable que una relación íntima derive en inmoralidad, pero nadie podría jurar que dos seres determinados vayan a hacerlo necesariamente. No son profetas ni pueden leer los corazones) Solamente se puede aconsejar y un consejo no es una orden. El consejo se da a una persona libre que tiene la facultad responsable de poder elegir.

Ocupar el lugar de los serafines consiste en una usurpación y pretender saber las intenciones del corazón es querer igualarse con Jehová. Ni el Hijo Unigénito fue capaz de hacer una cosa así. »

¡Uf! ¡Qué serio es todo esto!

- ¿Me comprendes ahora?

- Comprendo tu dolor y tus motivos. No sé si refrendo todo lo que dices, debería analizarlo mucho y bajo oración. El tema me excede, es serio de verdad.

- No pretendo que lo hagas. Debo luchar solo. No puedo solicitar cómplices ni aliados. No por amor.

- ¿Vas a continuar firme, sin cambios, lejos de las reuniones? Te hace mal. Me duele, temo por ti.

- No puedo ser partícipe de semejante pecado ensuciando la naturaleza y fama de Dios, aún cuando lo hagan sin darse cuenta, con buenas intenciones.
Enseñan la verdad, cumplen con la obra del fin de este sistema, pero están muy equivocados en el aspecto práctico y deshonran a Dios con sus actos.

- Carlos… ¿Qué puedo hacer por ti?

- Los próximos diez segundos… Diez segundos pueden encerrar una eternidad… ¿Podrías estar incondicionalmente conmigo? No en mi lucha, en compañía conmigo.

- Sí, sí quiero. ¿Y después?

- Después podríamos estudiar el artículo de La Atalaya. Si hay dos, Jesús puede estar con nosotros, espero que venga. Solo no es lo mismo.

- ¿Y después?

- Después es mucho tiempo… Solo Dios sabe.


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(1)
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí”. (Evangelio según Juan 14: 6, Biblia de Jerusalén)
"Jesús le dijo: «Yo soy el camino y la verdad y la vida, . Nadie viene al Padre sino por mí. 7 [...]»" (Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras)
“Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga” (Juan 6: 44 - Traducción del Nuevo Mundo)

"¿Nadie te llamó?"


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