No se vende, pero fue comprado

El contenido de este blog no puede ni debe ser vendido, pero ha sido comprado.
El tiempo que uno dedica a las cosas o a las personas es lo que las vuelve valiosas. Cuando doy mi tiempo a algo estoy cediendo mi vida, la vida que transcurre en ese tiempo. El receptor termina teniendo algo mío. Esta es la clave para cumplir con el mandato de Levítico 19: 18: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Pero Jesús nos dio un nuevo mandamiento: Amar al prójimo más que a uno mismo, hasta dar la vida por él. (Juan 15: 12-13) Salvo para defender la integridad de algún integrante de la familia o de alguien muy amado, nuestro sacrificio no es beneficioso en la forma en que resulta el de Cristo. Perder la vida cruentamente en beneficio de otro no redime porque somos pecadores. Pero sí es posible dedicarle tanta atención a alguien que podamos afirmar que hemos dejado la vida en él o por él. No de manera cruenta o sacrificial, sino en cuanto a entrega y dedicación. Así como le dedicamos nuestra vida a Jehová, también es bueno darla por otro invirtiendo nuestro tiempo en él.
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sábado, 19 de diciembre de 2015

La suerte está echada




Él: - ¿Por qué no vuelves a las reuniones? Puedo entender que no quieras concurrir a nuestra congregación, pero hay otras. Después de todo, estás viendo a Graciela, la acompañas a todas partes. Todo el mundo lo sabe y nadie le ha dicho nada a ella; no como antes.

Yo: - Lo sé, pero el mal es más profundo y no depende del lugar en donde me congregue. Basta que diga que tengo una amiga para que repitan el versito: “La Sociedad desaconseja la amistad entre un hombre y una mujer” o algo parecido. De nada sirve que explique que hace veintiocho años que nos conocemos, que nunca pasó nada. No se detienen ni siquiera a considerar las circunstancias particulares de la relación. No disciernen, solo repiten lo que se les dice. No saben ver más allá de lo evidente.
Un día recibí un llamado telefónico de Osvaldo. Me dijo que lo esperara en la plaza, que pasaba a buscarme con el auto para ir a la reunión. Cuando vino, con él estaban una hermana precursora y Mariana. Bajamos del vehículo y entramos al salón. Una mujer me preguntó si la precursora era mi esposa, de igual forma como hicieron unos setenta publicadores cuando Graciela entró conmigo, hace ya cinco o seis años, ¡parece mentira cómo pasa el tiempo! Estuve tres años explicando la naturaleza de la relación, pero fue lo mismo que hablarle a una pared.

Él: - ¡Bueno, no puedes culparlos por obedecer los consejos! Son para bien de todos, incluido tu propio bien.

Yo: - No son para bien. Encerrándose en una burbuja pueden permanecer aparentemente virtuosos. Digo aparentemente porque en cuanto se presente una oportunidad, el hambre y la sed te obligan a saciarte. Los fuerzan a caminar por un desierto con el fin de protegerlos, pero así no aprenden a conducirse y tampoco llegan a amar verdaderamente al que tienen en frente (porque no está cerca, porque no crean lazos, porque no invierten tiempo en el prójimo ni se comprometen con él), que es lo que hace falta para no hacer daño a los que se relacionan con nosotros. El otro debe ser tan o más importante que tú para que no lo uses destructivamente, para que no abuses de él ni lo conduzcas a la muerte. “El amor no obra mal al prójimo; por lo tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.” (Romanos 13: 10) Y no es un amor basado solamente en principios, sino que involucra al corazón, a los sentimientos: “Ahora que ustedes han purificado sus almas por [su] obediencia a la verdad con el cariño fraternal sin hipocresía como resultado, ámense unos a otros intensamente desde el corazón.”  (Primera de Pedro 1: 22)
Insisto: no son consejos para bien. Está claro por el fruto que produjeron conmigo. En nombre del Dios que es Amor no se puede prohibir el amor.

Él: - ¡Eso es porque no obedeciste! Si hubieras sido humilde y acatado lo que te decían, Jehová te habría bendecido. Fíjate que en el último texto que citaste habla de la “obediencia a la verdad”.

Yo: - Obediencia a la verdad… ¿Dónde está la verdad?

Él: - En la Biblia, la Palabra de Dios.

Yo: - Curiosamente, dos ancianos vinieron a mi casa a reconocer que la Biblia no dice nada a cerca de la amistad entre un hombre y una mujer. O sea, no hay verdad que obedecer. Lo que no está prohibido está permitido. Decir que algo que no está escrito es “la voluntad de Jehová” es un abuso de autoridad y un adelantarse presuntuosamente. Los nuevos rollos son para el nuevo mundo y serán inspirados, el esclavo no es inspirado, no hoy. Ahora tenemos a la Biblia y no hay lugar para imponer opiniones personales; menos si se enuncian “en nombre de Jehová”.

Él: - Pero también mencionaron un principio bíblico: ”El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo?”, como consta en Jeremías 17: 9.

Yo: - Jeremías 17: 9 no es un principio bíblico. Si fuera un principio se cumpliría siempre y, si fuera así, la Palabra resultaría falsa y hasta contradictoria. Porque Jeremías 33: 31 dice que Jehová va a escribir su ley en los corazones de los que le sirven. Ezequiel 36: 26 dice que les cambiará el corazón de piedra por uno de carne; las piedras no aman, la carne y el espíritu sí. Si el corazón fuera siempre irremediablemente traicionero y desesperado, ¿para qué prometería Jehová escribir la ley en los corazones? Y no habla del nuevo mundo, sino del nuestro, de alistar un pueblo que le sirva de corazón, con la ley escrita en la fuente de sus deseos y acciones, no en piedra.

Él: - ¿No piensas obedecer?

Yo: - Si obedezco eso que no tiene apoyo bíblico y que forma parte de algo mayor que conduce a mis hermanos al pecado, no solo estaría pecando con ellos, sino que cometería idolatría. ¿De quién eres testigo? ¿De Jehová o del esclavo?

Él: - De Jehová. Pero el esclavo es quien Dios designó para darnos alimento espiritual y para conducirnos.

Yo: - El alimento y la conducción deben ser preparados a partir de la Biblia y no por lo que ellos piensan. Si no está escrito, no sabemos. Esperemos y sepamos que deberemos responder por nuestras acciones (pero, donde no hay ley no se imputa pecado. - Romanos 4 15; Romanos 7: 7 ). El esclavo fue nombrado sobre nosotros para conducirnos y para alimentarnos. Pero somos co-esclavos de un mismo Señor. Nosotros no somos esclavos del esclavo y no tienen autoridad para ir más allá de lo que la Biblia dice. Tampoco para limitar el libre albedrío de los hermanos; no sobre algo que no está escrito. Jehová es el Dios Todopoderoso y respeta la voluntad de sus creaciones. Pide por favor y no impone.

Él: - ¿No estás haciendo algo muy grande a partir de una relación particular con una mujer?

Yo: - No estoy planteando una cuestión a partir de una relación personal con mi amiga. La actitud de poner normas a partir de pareceres personales de los miembros del gobierno teocrático fue mucho más allá y causó más daño que el que me hicieron a mí. Y puede seguir afectando más a otros en el futuro inmediato, si no cambian de actitud.

Él: - ¿En qué fueron más allá? No puedo creer lo que oigo.

Yo: - Por el tiempo que hace que perteneces a la hermandad creo que debes saber que hace unos cuarenta años el esclavo decía que dentro del matrimonio podía haber fornicación. Ellos decían que ciertas relaciones sexuales contranaturales o pervertidas eran fornicación aun entre los miembros de un matrimonio. Como Jesús había enseñado que el único motivo que podía servir para romper un vínculo matrimonial era la fornicación y que, si el miembro ofendido no perdonaba, podía divorciarse y volver a casarse sin que fuera procedente levantar un cargo por adulterio, permitieron que se disolvieran muchos vínculos con esa base, aparentemente teocrática. Después, en La Atalaya del 15 de julio de 1983, dejaron constancia de un ajuste de entendimiento con respecto a este punto. Resultó que no había tal fornicación en el matrimonio y, por lo tanto, no era teocrático ni correcto permitir la disolución del vínculo. Tuvieron que incluir un párrafo en el que decían que no había que señalar a los que anularon sus matrimonios a partir del entendimiento que tenían antes. Pero no pidieron disculpas. Porque los hermanos no “entendían” por ellos mismos, sino a partir de lo que les enseñaron y ellos aceptaron sin analizar críticamente a la luz de lo que sabían que la Biblia decía. Es así, se publica en La Atalaya y lo creen. No solamente lo creen; no aceptan que otro diga algo contrario aunque muestre base bíblica que lo sustente. De parte de la conducción hubo un adelantarse presuntuosamente considerando y enseñando cosas que la Biblia no dice explícitamente. Pero hubo más: condujeron a otros al adulterio. Como el salario que el pecado paga es muerte, conducir a otro al pecado es equivalente a asesinarlo. Gracias a la inmensa misericordia de Jehová, perdonó a todos los involucrados y los siguió bendiciendo. Pero eso no le quita gravedad a la falta, sobre todo considerando que se mantiene la actitud. En cuanto a los que hicieron caso, se dice que son inocentes porque obedecieron. No es así. Los adultos son responsables por sus actos. Son libres y están bautizados, no pueden ignorar y escudarse en la obediencia para eximirse de pecado. Fueron adúlteros e idólatras, esto último al aceptar sin análisis lo que el esclavo decía (Gálatas 1: 8-9) Pero fueron perdonados por Dios. Los que hacen la obra de los últimos tiempos son ellos y Dios no es injusto para olvidar todo lo bueno que hicieron.

Él: - No sé qué decirte, no quiero apresurarme y luego arrepentirme. Entonces, ¿no piensas volver?

Yo: - Vuelvo si veo que admiten esto y corrigen las cosas. Si no lo hacen, no quiero vivir sin amor. Me juzga Jehová y no discuto su veredicto. Lo que Él decida está bien. Morir es como dormir sin soñar; un instante y ya no eres. No quiero sufrir más. En el Paraíso o en la tumba, Dios decide. Es un Juez justo. Si vuelvo será cuando las palabras “amor” y “hermano” no sean un sonido en la plataforma; quiero que esas palabras se traduzcan en acciones, que sean palpables, no intangibles. Y que nadie ensucie las intenciones de un corazón que no conocen y que no pueden leer. Condenar a alguien por algo que “todavía” no cometió es una injusticia. A mí me quitaron el privilegio de ser publicador por expresar desacuerdo; pero no un desacuerdo caprichoso. Tenía y tengo base bíblica.

Él: - ¿Te arriesgas a morir?

Yo: - Sí, la suerte está echada.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Convicciones y responsabilidad




- Hola, amiga. ¿Cómo estás?

- Bien, gracias. ¿Y tú?

- Mal, pero acostumbrado.

- No voy a decir nada a eso. Sería un error, casi seguramente. Algunos hermanos piensan que estás encaprichado. Yo no estoy tan segura. Dices que te dejaron sin Dios, es algo muy profundo; uno supone que un capricho es más superficial.

- Veo que leíste mi último artículo, confesión, no sé cómo llamarlo.

- Sí, me encontré con un hermano que descubrió tu blog y anduvo leyendo. Me comentó lo que había descubierto y no fue muy agresivo contigo; parecía, más bien, estar apenado por lo que habías sufrido. Eso me llevó a entrar y leer yo también.

- Sí, entraron 55 veces en los días que van del 17 hasta hoy. No sé quiénes, pero hay algunos de Estados Unidos de América. Parece que hay dos que reciben aviso inmediato cuando publico. En cuanto subo el escrito, el sitio me informa que hay dos lecturas en EEUU. Curioso hecho.

- En el anterior escrito hablas de un análisis crítico de las publicaciones como parte de tu responsabilidad de hombre libre. Desearía que me aclararas algo más al respecto.

- Podríamos usar algo real, como una definición de fornicación dada por el esclavo.

- ¿A ver?

- Creo que fue en el año 1983 que se publicó esto en una Atalaya. Decía que fornicación era cualquier tipo de inmoralidad sexual que involucrara por lo menos dos personas y por lo menos un órgano sexual. Esto porque hubo casos judiciales en los que un integrante de una pareja de novios masturbaba al otro y alegaban que no era fornicación. La Sociedad, con mucho tino, decía que no era cristiano estar buscando tecnicismos para aproximarse lo más posible al pecado.

Analicemos esta definición. ¿Puedes imaginar algún caso no trivial que incumpla o, por lo menos, que haga dudar del cumplimiento de la definición?

- A ver… A ver… Es difícil, dejame (déjame) buscar.

[......]

- Te espero, no te preocupes.

- Humm. ¡Ya sé! Un hombre que contrata a dos prostitutas para que ellas jueguen sexualmente delante de él. Él no participa activamente del acto; es un observador.

- ¡Buen ejemplo, eres brillante!

- Gracias. Pienso que la definición se cumple. Hay dos o más personas involucradas y un órgano sexual como mínimo. Hay fornicación.

- El hombre podría decir que las prostitutas fornicaron, que él no. ¿Qué dices?

- Él es un fornicador pasivo. Tiene una parafilia y ha sido el autor intelectual y financista del pecado. Es partícipe pasivo.

- Totalmente de acuerdo. 

- Parece que es una buena definición. 

- Yo te pongo otro caso; algo real, no imaginario. Esto sucedió alguna vez, de la misma forma en que suceden cosas como la que describiste antes. Te cuento: a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, en Occidente había personas que consideraban que el sexo había sido creado por Dios tan solo para la reproducción, que el placer era un pecado, aún en el matrimonio. De tal forma que practicaban el sexo tan solo hasta que la mujer quedaba embarazada y la cubrían con una tela con un agujero convenientemente dispuesto para el fin. Estas pobres mujeres tenían, con suerte, unas tres o cuatro relaciones al año. Estaban un poco nervioshash (nerviosas), como Clarín. (Es una broma basada en la forma de hablar de un ex presidente argentino)

- ¡Ja! Sí, estarían nervioshash, pero más que Clarín. ¡Pobrecitas! Pero, ¿qué tiene que ver con la fornicación?

- Es que estas mujeres habían sido criadas en esas creencias hipócritamente moralistas y creían que era pecado gozar sexualmente con el marido. No podían imaginar, siquiera, transgredir esa regla. Pero la tensión resultaba insoportable; de modo que visitaban a su médico y éste les colocaba un vibrador con el fin de aliviar tensiones. ¿Qué hacía el vibrador?

- Las masturbaba… Entonces, Carlos, según la definición, serían fornicadores; tanto ellas como sus médicos. ¡Claro! Por lo menos dos personas y como mínimo un órgano sexual. Como en el caso de la pareja de novios en la que uno masturbaba al otro… Pero no me gusta, me parece injusto; algo no cierra. 

- ¡Cómo disfruto de hablar con vos! Lo que probablemente no te cierra, es que esas pobres mujeres ni siquiera se masturbaban ellas mismas, sino que iban por ayuda médica. Tampoco los profesionales tenían intenciones sexuales con ellas. Encontramos un caso que, formalmente, hace a la definición incompleta y hasta injusta, si la aplicamos a rajatabla.

- Comprendo. Si acepto todo sin analizarlo, puedo ser partícipe de un pecado y no me exime de responsabilidad, aunque haya atenuantes.

- Hay cosas que no podemos discutir. Si llega la orden de estar mañana en Plaza de Mayo, en ayunas y con un plumero en la mano derecha. ¡Vamos! ¡Sin chistar! Pero si viene el superintendente y me pide que te mate, mi conocimiento bíblico se opone y no hay escusa para mí. Yo no puedo alegar que obedecí y que, por eso, soy inocente. Los cristianos somos gente de fe, no crédulos, actuamos por convicciones firmes y, desde nuestro libre albedrío, somos responsables por todos nuestros actos.

Confiar en Dios




La última vez que nos vimos me dijiste que todo empezaba y terminaba en Graciela y que no mostraba fe en Jehová al no dejar que Él hiciera su voluntad sobre la situación personal de mi amiga. Estuve pensando al respecto. Me conmovió profundamente, porque Jehová no me es indiferente y, si todo era como me decías, la cosa se constituía en algo realmente serio.

Hace poco estudiamos el amor al prójimo. En la parábola del buen samaritano, dos supuestos siervos de Dios pasaron cerca del hermano herido y vilipendiado y no hicieron nada por él. Sin embargo, el samaritano lo atendió y pagó por que se le diera atención en una posada. Esto pudo haber terminado allí; pudo haber sido un rasgo sentimental que luego olvidaría. Pero él se comprometió a volver y a pagar cualquier gasto extra que no hubiera cubierto su pago inicial.

La Biblia no dice nada al respecto de los pensamientos del sacerdote y del levita. Ellos pudieran haber pensado: “Yo confío en Dios; él hará lo necesario para socorrer al caído”, o: “Si hiciera algo por él no estaría mostrando confianza en el poder de Dios”. Tampoco dice si el samaritano tenía fe y confianza. Pero una cosa es clara: el prójimo (próximo) fue el samaritano. Es más, fue él quien le hizo bien al judío caído. Y está escrito que toda dádiva buena procede de Dios. (Santiago 1: 17) ¿Por qué recurrir al milagro cuando hay un semejante cerca? ¿No estamos hechos a imagen y semejanza de Dios? – 1ª de Juan 4: 8, 16.

Cuando estudié la verdad, aprendí que el espíritu no hace por nosotros lo que nosotros podemos hacer, sino lo que está más allá de nuestras posibilidades. Por ejemplo: el espíritu puede hacer que yo recuerde un texto leído cuando sea necesario dar un testimonio; pero no puede hacer que recuerde lo que nunca leí. Hay una parte ineludible que nos corresponde y es responsabilidad nuestra. El resto está en manos de Dios. Cuando los levitas que portaban el Arca se enfrentaron al Jordán crecido y torrencial, era humanamente imposible que lo cruzaran. Debían dar un testimonio de fe. Ellos introdujeron sus pies en el agua y, solo después, el lecho del río quedó seco por milagro de Jehová. Ya habían dado testimonio y era un testimonio de fe, no de poder. El poder de Dios fue usado después para proveerles de lo que carecían: fuerza para cruzar el torrente con el Arca a cuestas o un camino llano. Mojar sus pies era la parte que les correspondía a esos hombres. No era correcto que ellos esperaran a que Jehová abriera el lecho del Jordán antes de manifestar fe y voluntad de servir al Dios de la promesa. Hacer nuestra parte no es muestra de falta de fe. Más de una vez, para hacer nuestra parte hay que tener fe.

Al pie de mis mensajes de correo electrónico se halla una firma que cita un proverbio chino: “Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito”. Así, literalmente, no está en la Biblia; pero uno puede encontrarlo “desmenuzado” en el Libro (1ª de Juan 4: 10; Romanos 5: 6-8). Tampoco está la frase de la película “Love Story”: “Amar es nunca tener que pedir perdón”. Pero está implícita en 1ª a los Corintios 13: 1-8 y en Romanos 13: 8-10. ¿Cómo tengo que actuar para nunca pedir perdón? Como dicen los textos bíblicos citados. ¿Y cómo hago para efectuar lo que piden los textos? Amando al otro más que a mí mismo.

Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, aunque muy lejos de la sublime altura de Jehová. Pero, más modestamente, “a lo barro”, amamos y necesitamos amor. El amor es el más importante principio bíblico, el fundamental, el que nunca dejará de ser: “8[…] Pero sea que haya [dones de] profetizar, serán eliminados; sea que haya lenguas, cesarán; sea que haya conocimiento, será eliminado. 9 Porque tenemos conocimiento parcial y profetizamos parcialmente; 10 pero cuando llegue lo que es completo, lo que es parcial será eliminado. 11 […] 13 Ahora, sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de estos es el amor.” (1ª a los Corintios 13: 8-10, 13)

Cuando Jehová nos deja un bien, no espera que lo enterremos por miedo a perderlo (Mateo 25: 14-27). ¿Qué hacemos con el amor que Dios nos dio, lo enterramos? (1ª de Juan 4: 18. Ni temor del Amo, ni temor por el co-esclavo nuestro. Hay que amar sin tapujos, con todo el corazón – 1ª de Pedro 1: 22)

Es cierto que hay que amar a Dios por sobre todas las cosas. Pero eso no significa que debamos dejar al más débil por Jehová. (Lucas 15: 4-6; Mateo 18: 12-14) La justicia, cuando hay amor, se modera por la misericordia y la misericordia se ejerce con el más débil, con el que más necesita una ayuda, otra oportunidad. Pero no es solamente la justicia; el amor atiende primero al que más necesita. Jehová es Todopoderoso, nuestros hermanos, barro, como nosotros. ¿Cómo se puede amar al que no se ve si no podemos amar a los que vemos? – 1ª de Juan 4: 20.

Mi amor no empieza y termina en Graciela. Es cierto que ella es la persona que más amo del cielo para abajo. Amo muchísimo a otras personas, pero no tanto como a ella. Y no es que no pueda amar de igual forma a otros; es que no me dejan desarrollar un amor mayor. Graciela me abrió las puertas de su casa y las de su corazón. Los dos dejamos de lado los miedos y construimos una relación de amor. Los demás, unos más y otros menos, se comportan como tortugas: movés un dedo un poco bruscamente y se esconden dentro de su caparazón; no abandonan su coraza, no sacan a tomar aire a su corazón, no se arriesgan.

¿Es un amor exagerado? ¿Se puede exagerar en el amor cuando Jesús mandó que amáramos al otro más que a uno mismo, hasta dar la vida por él? Aún si hubiera pecado por haberme excedido, por una suerte codicia amatoria, me queda una esperanza: Lucas 7: 47. Todos necesitamos a Dios. Yo necesitaba ir a la asamblea. Pero Graciela estaba pasándola mal y ella era la débil, la que necesitaba ayuda. No alcanzó para los dos. Yo perdí, por elección. No tenía para viajar ni para comer. Bueno, para comer no importa, tampoco tuve en mi casa; pero no fían los boletos de micro.



“13 No se maravillen, hermanos, de que el mundo los odie. 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. 15 Todo el que odia a su hermano es homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene la vida eterna [como cosa] permanente en él. 16 En esto hemos venido a conocer el amor, porque aquel entregó su alma por nosotros; y nosotros estamos obligados a entregar [nuestras] almas por [nuestros] hermanos. 17 Pero cualquiera que tiene los medios de este mundo para el sostén de la vida, y contempla a su hermano pasar necesidad, y sin embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera permanece el amor de Dios en él? 18 Hijitos, no amemos de palabra ni con la lengua, sino en hecho y verdad.” –  1ª de Juan 3: 13-18.

¿Cómo podía asistir a un banquete espiritual sabiendo que ella no tenía para comer? ¿Estoy obligado a entregar mi alma por ella –o cualquier otro –, pero no puedo sacrificar una comida, aunque sea espiritual?

Soy algo así como un samaritano figurativo. Es posible que sea despreciado por muchos, como los samaritanos concretos. En los dos meses que Graciela estuvo sin trabajo “pasaron de largo” muchos levitas y sacerdotes. Si Dios ayudó a Graciela, esa ayuda vino a través de mí. Yo fui el prójimo de Graciela. No es por jactarme, pero fui el único.

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Este artículo es un correo electrónico enviado a una precursora amiga [el 23 de agosto de 2014] en ocasión de una de las tantas discusiones en torno a este tema. Después de la línea punteada anterior (que no estaba en el mensaje), terminaba así: 

«Perdón, si te molesta. No tuve a flor de labios esta respuesta cuando hablamos. Después de pensarlo, dio a luz.

Te la mando por amor, no por censura ni nada por el estilo. Simplemente, es lo que me impulsó a hacer lo que hice. Lo que soy.

Gracias por tu sinceridad y por tu compañía. No hace falta coincidir en una opinión para disfrutar de una persona. 

Cariños.» 

Se me ha dicho que debería ponerme contento porque "me están cuidando" (un precursor especial y anciano). ¿De qué? La Primera Carta a los Corintios, capítulo 13, versículo 7, dice que el amor todo lo espera y todo lo cree. Ni me creyeron, ni me esperaron. Antes bien, prohibieron un amor. La primera Carta de Juan, capítulo 4, versículo 8, dice que Dios es amor. La Sociedad enseña que Jehová es la personificación del amor.  Así que, al prohibir un amor limpio, lo que hicieron es prohibirme a Dios, me dejaron sin Dios. Si prohiben el amor, no representan al Dios que predican. Todo lo que enseñan es verdad, pero no la manera en la que viven, escondidos y asustados, sin compromiso por el otro. Moral intachable, pero a costa de una distancia sideral entre las personas. El que se mantiene limpio por estar encerrado en una burbuja estéril, podrá ser un asceta, pero nunca un virtuoso. Virtuoso es el que se arriesga a su propio barro y al ajeno y, sin embargo, se mantiene limpio.

Citas bíblicas:

 "17 Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces [celestes], y con él no hay la variación del giro de la sombra." (Santiago 1: 17)



"8 El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor." (...) "Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en unión con Dios, y Dios permanece en unión con él." (1 Juan 4: 8, 16)



"10 El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio por nuestros pecados." (1 Juan 4: 10)



"6 Porque, de hecho, Cristo, mientras todavía éramos débiles, murió por impíos al tiempo señalado. 7 Porque apenas muere alguien por un [hombre] justo; en realidad, por el [hombre] bueno, quizás, alguien hasta se atreva a morir. 8 Pero Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros." (Romanos 5: 6-8)


"13 Si hablo en las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, he venido a ser un [pedazo de] bronce sonante o un címbalo estruendoso. 2 Y si tengo el don de profetizar y estoy enterado de todos los secretos sagrados y de todo el conocimiento, y si tengo toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. 3 Y si doy todos mis bienes para alimentar a otros, y si entrego mi cuerpo, para jactarme, pero no tengo amor, de nada absolutamente me aprovecha.
4 El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, 5 no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. 6 No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 7 Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta.
8 El amor nunca falla."  (1 Corintios 13: 1-8)


"8 No deban a nadie ni una sola cosa, salvo el amarse unos a otros; porque el que ama a su semejante ha cumplido [la] ley. 9 Porque el [código]: “No debes cometer adulterio, No debes asesinar, No debes hurtar, No debes codiciar”, y cualquier otro mandamiento que haya, se resume en esta palabra, a saber: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo”. 10 El amor no obra mal al prójimo; por lo tanto, el amor es el cumplimiento de la ley." (Romanos 13: 8-10)

"14 ”Porque es justamente como un hombre que, estando para emprender un viaje al extranjero, mandó llamar a sus esclavos y les encargó sus bienes. 15 Y a uno dio cinco talentos; a otro, dos; y a otro, uno, a cada uno según su propia habilidad, y se fue al extranjero. 16 Inmediatamente, el que recibió los cinco talentos se fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. 17 Así mismo, el que recibió los dos ganó otros dos. 18 Pero el que recibió solamente uno se fue, y cavó en la tierra y escondió el dinero en plata de su amo.
19 ”Después de mucho tiempo vino el amo de aquellos esclavos y ajustó cuentas con ellos. 20 De modo que se presentó el que había recibido cinco talentos y trajo cinco talentos más, diciendo: ‘Amo, me encargaste cinco talentos; mira, gané otros cinco talentos’. 21 Su amo le dijo: ‘¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Fuiste fiel sobre unas cuantas cosas. Te nombraré sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu amo’. 22 En seguida se presentó el que había recibido los dos talentos, y dijo: ‘Amo, me encargaste dos talentos; mira, gané otros dos talentos’. 23 Su amo le dijo: ‘¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Fuiste fiel sobre unas cuantas cosas. Te nombraré sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu amo’.
24 ”Por último se presentó el que había recibido un solo talento, y dijo: ‘Amo, yo sabía que eres hombre exigente, que siegas donde no sembraste y recoges donde no aventaste. 25 De modo que me dio miedo, y me fui, y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo tuyo’. 26 En respuesta, su amo le dijo: ‘Esclavo inicuo e indolente, ¿conque sabías que yo segaba donde no sembraba y recogía donde no aventaba? 27 Pues, entonces, deberías haber llevado como depósito mis dineros en plata a los banqueros, y, al llegar yo, estaría recibiendo lo que es mío con interés." (Mateo 25: 14-27)


"18 No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor ejerce una restricción. En verdad, el que está bajo temor no ha sido perfeccionado en el amor." (1 Juan 4: 18)

"22 Ahora que ustedes han purificado sus almas por [su] obediencia a la verdad con el cariño fraternal sin hipocresía como resultado, ámense unos a otros intensamente desde el corazón." (1 Pedro 1: 22)

“¿Qué hombre de ustedes que tiene cien ovejas, al perder una de ellas, no deja las noventa y nueve atrás en el desierto y va en busca de la perdida hasta que la halla? 5 Y cuando la ha hallado, la pone sobre sus hombros y se regocija. 6 Y cuando llega a casa convoca a sus amigos y a sus vecinos, y les dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado mi oveja que estaba perdida’. (Lucas 15: 4-6)

12 ”¿Qué les parece? Si cierto hombre llega a tener cien ovejas y una de ellas se descarría, ¿no dejará las noventa y nueve sobre las montañas y emprenderá una búsqueda por la que anda descarriada? 13 Y si sucede que la halla, de seguro les digo, se regocija más por ella que por las noventa y nueve que no se han descarriado. 14 Así mismo, no es cosa deseable a mi Padre que está en el cielo el que uno de estos pequeños perezca. (Mateo 18: 12-14)

 "20 Si alguno hace la declaración: “Yo amo a Dios”, y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto."  (1 Juan 4: 20)


"36 Ahora bien, uno de los fariseos seguía invitándolo a comer con él. Por consiguiente, él entró en la casa del fariseo y se reclinó a la mesa. 37 Y ¡mira!, una mujer que era conocida en la ciudad como pecadora se enteró de que él estaba reclinado a la mesa en casa del fariseo, y trajo una cajita de alabastro llena de aceite perfumado 38 y, tomando una posición detrás, junto a sus pies, lloró y comenzó a mojarle los pies con sus lágrimas, y se los enjugaba con los cabellos de su cabeza. También, le besaba los pies tiernamente y se los untaba con el aceite perfumado. 39 Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo dentro de sí: “Este hombre, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora”. 40 Pero, respondiendo, Jesús le dijo: “Simón, tengo algo que decirte”. Él dijo: “Maestro, ¡dilo!”.
41 “Dos hombres eran deudores a cierto prestamista; el uno le debía quinientos denarios, pero el otro cincuenta. 42 Cuando no tuvieron con qué pagar, él sin reserva perdonó a ambos. Por lo tanto, ¿cuál de ellos le amará más?” 43 Contestando, Simón dijo: “Supongo que será aquel a quien sin reserva le perdonó más”. Él le dijo: “Juzgaste correctamente”. 44 Con eso, se volvió a la mujer y dijo a Simón: “¿Contemplas a esta mujer? Entré en tu casa; no me diste agua para los pies. Pero esta mujer me ha mojado los pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; pero esta mujer, desde la hora que entré, no ha dejado de besarme los pies tiernamente. 46 No me untaste la cabeza con aceite; pero esta mujer me ha untado los pies con aceite perfumado. 47 En virtud de esto, te digo, los pecados de ella, por muchos que sean, son perdonados, porque amó mucho; mas al que se le perdona poco, poco ama”. 48 Entonces le dijo a ella: “Tus pecados son perdonados”. 49 Ante esto, los que estaban reclinados a la mesa con él comenzaron a decir dentro de sí: “¿Quién es este hombre que hasta perdona pecados?”. 50 Pero él dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado; vete en paz”." (Lucas 7: 47 y contexto)





viernes, 29 de mayo de 2015

Diálogo sin esperanza



Yo: - Hola, ¿cómo estás?

Él: - Bien, gracias, ¿y vos (tú)?

- Bien, gastando minutos por ahí y por acá.

- Hace tiempo que noto una mejoría en tu estado de ánimo.

- Sí, es porque estoy en contacto con Graciela, pese a todo.

- ¿Les dieron libertad para verse?

- No exactamente, pero fue una mejoría. Hace un año, más o menos, ella le preguntó a un anciano si podía llamarme para que le arreglara algo en la casa. Él le contestó que en eso ella era dueña y señora, que estaba en su derecho, que lo que no puede hacer es que nos veamos a solas por motivos personales. [La reparación fue hecha durante la segunda quincena de abril de 2014, antes del 19 de abril]

- ¿Estás agradecido a Jehová por esto?

- A medias. Es una mejora, pero no es lo que tenía. Hace unos días atrás íbamos los dos al hospital Posadas. Al llegar a Rivadavia, dejamos el transporte colectivo en que veníamos para cambiar a otro que sale desde el otro lado de la estación. Ella vio que dos hermanas estaban en nuestro camino y se perturbó muchísimo, como si nos hubieran sorprendido en un acto pecaminoso. Inmediatamente giró y se dispuso a cruzar la avenida a nivel para evitarlas. Yo le dije que no se podía, porque la bajada al túnel del otro lado está clausurada por obras de mantenimiento. No quedó otra que seguir el rumbo original, pero las hermanas dieron la vuelta y quedaron de espaldas a nosotros. No sé si fue casual o lo hicieron después de ver lo perturbada que estaba.

- Es de esperar, la autorizaron para que fueras a hacer reparaciones a la casa y estaban juntos en la calle.

- Nadie que esté en su sano juicio puede esperar que no continuemos la relación que prohibieron. Ella no llamó a un electricista, ni a un plomero. Llamó a un amigo de más de veinte años. Estábamos yendo al hospital para que la revisaran, no a un hotel. Ella no va si no la acompaño; la depresión no la deja salir si no la fuerzo a ir. No solo la acompaño, me levanto a las tres o a las cuatro de la madrugada para ir a pedirle los turnos en el Posadas, y voy caminando, porque el primer transporte colectivo pasa a las 4 y 50 minutos; hace un año que le pido turnos, la acompaño, retiro los análisis y voy a buscarle los remedios gratuitos al Posadas y a Bienestar Social, en Rivadavia y Piedras, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No vi a nadie más de la congregación haciendo la cola en el Posadas. Estábamos yendo al hospital porque un análisis le dio una carga viral de 8.860.000 UI de virus de hepatitis C por cada mililitro de sangre, genotipo 1b, entre otras cosas.

- Pero, ¿es que no estás dispuesto a obedecer a las autoridades que Jehová puso a cargo?

- Si me ordenan hacer algo contrario a lo que Jehová quiere, no.

- ¿Qué te ordenaron hacer que es contrario a la voluntad de Jehová?

- Sabían que yo estaba muy próximo a ella, que la ayudaba en muchos sentidos, que estaba pendiente de lo que le sucedía.  Una viuda, con un hijo esquizofrénico y otro al que le quisieron extirpar un  pulmón y hacer un raspaje en el otro; que es la única que trabaja y mantiene la casa, que hace tres años que debería estar jubilada y le niegan el beneficio.
Me pidieron que no la vea más, pero la dejaron sola. Estuvo cuatro meses sin trabajo y no hicieron nada.
Cuando ella me llamó para que hiciera un arreglo en su casa tenía trabajo. Cobraba mil pesos por semana. El baño estaba en un estado calamitoso, inundado. Puse seiscientos cincuenta pesos de repuestos y mi trabajo. Esto debe haber ocurrido en abril o mayo del año 2014. Al poco tiempo se quedó sin trabajo y no conseguía nada. Solamente cobraba una pensión por invalidez del hijo menor, de mil novecientos pesos de bolsillo.

En junio y julio le di dinero para aliviar la situación, conjuntamente con sus dos hermanas mayores, ya jubiladas. Ya a fines de julio le prometí que le iba a dar la mitad de cuanto ganara. Esto fue así hasta terminar agosto. En septiembre desapareció mi trabajo; no llamaba nadie. En la primera semana le dije: “Graciela, la mitad de nada es nada. No tengo trabajo, no sé qué vamos a hacer.”

En la congregación hay 80 publicadores. A cincuenta pesos por cabeza le hubiesen juntado cuatro mil pesos. Pero nada pasó; tan solo una hermana le prestó trescientos pesos dos veces.

Yo iba a su casa todos los días, o todas las veces que cobraba, a llevarle la mitad; sin embargo, estaba “autorizado” solamente a entrar para hacer arreglos. Quizás fui a arreglarle el sustento diario.

- No debe calificar para que la ayuden.

- Ah, ¿sí? ¿Calificaste alguna vez para que el Hijo de Dios diera la vida por vos (ti)?

- Nnoo, no…

- ¡Menos mal que Jehová y su Hijo no piensan como vos; ninguna carne se salvaría!

- Pero vos no tenés (tú no tienes) fe en Jehová. Tendrías que haber obedecido y dejar todo en manos de Jehová.

- ¿Quién te dijo que no tengo fe en Jehová? Yo aprendí que Jehová no hace lo que nosotros podemos hacer. Cuando alguien pasa necesidad no me siento a esperar que llueva maná del cielo. Me muevo y hago lo que puedo; después de todo estamos hechos a imagen y semejanza de Dios y Dios es amor (1ª de Juan 4: 8). Pero, ¡cuidado!, que también dice que el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Y cuando no puedo más y no hay nadie más que haga algo, entonces, Jehová hace y protege. No antes.

Graciela consiguió trabajo esa misma semana: setecientos cincuenta pesos por semana. Poco, pero suficiente para que los tres pudieran comer.

¿Y yo? En septiembre tuve ingresos brutos de mil pesos, cuando solamente de farmacia gasto quinientos. Fueron cuatro o cinco días de vacas flacas y Jehová actuó. Cuando ya no había nada para comer, aparecieron dos personas del mundo cargadas de bolsas y me llenaron las alacenas y la heladera. Tanto, que tuve que ponerme a cocinar y congelar, porque era mucho y algunas cosas se echarían a perder antes de que pudiera consumirlas. Agradecido a los tres.

Yo obedecí, pero obedecí a Jehová: “La forma de adoración que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios y Padre es esta: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación, y mantenerse sin mancha del mundo.” (Santiago 1: 27)  “Aprendan a hacer lo bueno; busquen justicia; corrijan al opresor; dicten fallo judicial para el huérfano de padre; defiendan la causa de la viuda.” (Isaías 1: 17)

Así que, como ves, tuve fe y dejé todo en manos de Jehová. Según parece, Jehová no estuvo disconforme con mi actuación.

- Los juzga Jehová por lo que hacen, no vos (tú).

- Yo no los juzgo, solamente digo lo que pasó, pero soy responsable ante Jehová por lo que hago a partir de sus órdenes, las órdenes de los que dicen representarlo.

- Si obedecés (obedeces), estás haciendo lo que Jehová espera y la responsabilidad es de ellos.

- No, no lo creo. La Biblia dice otra cosa. ¿De quién es hijo la descendencia? ¿De la mujer esclava o de la mujer libre?

- De la mujer libre.

- Sí, es correcto. En la carne, fue descendiente de la mujer libre. En espíritu, cuando recibió el bautismo en el Jordán, fue hijo de la mujer celestial, también libre. A partir de ese momento dejó de llamar “madre” a su madre biológica y pasó a decirle “mujer”. Como dice Mateo 22: 32: “’Yo soy el Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob’? Él es el Dios, no de muertos, sino de los vivos».” Además, es Dios de libres: “Pero el que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad, y persiste en [ella], este, por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacer[la].” “Ustedes fueron llamados, por supuesto, para libertad, hermanos, …” (Gálatas 5: 13) “y conocerán la verdad, y la verdad los libertará».” (Juan 8: 32)
El hombre fue creado libre por Dios, es una dádiva divina. La libertad es responsable, y responsabilidad viene de respuesta; debemos responder a quien nos dio la libertad. Nosotros, cada uno individualmente. No puede responder otro por lo que es mi responsabilidad.

- Pero, no entiendo a dónde quieres llegar.

- Fijate (fíjate) lo que dice la Biblia en Gálatas 1: 8-9: “Sin embargo, aunque nosotros o un ángel del cielo les declarara como buenas nuevas algo [que fuera] más allá de lo que nosotros les declaramos como buenas nuevas, sea maldito. 9 Como hemos dicho más arriba, también vuelvo a decirlo ahora: Sea quien sea que les esté declarando como buenas nuevas  algo más allá de lo que aceptaron, sea maldito.” (Gálatas 1: 8-9)

Remarco, destaco, un apóstol, ungido e inspirado, dice: “aunque nosotros o un ángel del cielo”; también: “Sea quien sea”.

Nosotros somos libres, porque Dios hizo al hombre libre y porque la verdad que nos hicieron conocer libera. Conforme a lo que el texto inspirado de Gálatas dice, como seres humanos libres debemos someter a escrutinio, a análisis crítico, lo que se nos enseña. ¿Cómo discernir, si no, si alguien se extravía, apóstol o ángel del cielo?

Aceptar a ciegas el alimento espiritual, especialmente en lo que concierne a asuntos morales, es un comportamiento idolátrico, no teocrático.

No se trata de caer en el otro extremo, en el “no sé de qué se trata, pero me opongo”. Se trata de estudiar con responsabilidad y discernimiento de hombres maduros y libres, responsables de las cosas que hacen y adoptan. Como los de Berea, que fueron a ver si realmente era así.

- Pero, ¡estás proponiendo el caos! ¡Es una conducta apóstata!

- De ninguna manera. No propongo oponerse a todo ni tener una conducta libertina y conforme a lo que me gusta o me parece. Pero cuando algo que uno lee no condice con lo que uno sabe que la Biblia dice, o cuando alguien te quiere obligar a hacer algo como teocrático, cuando para uno no lo es, entonces, a mí me enseñaron que cualquiera podía abordar a cualquier otro con la Biblia y censurar, alertar, corregir; que el otro debía ser humilde y aceptar que, si estaba en la Biblia, no venía de quien nos estaba materialmente hablando, sino de Jehová, el Autor de la Biblia.

Me dijeron que no podía ser amigo de Graciela por Jeremías 17: 9. Yo dije que el texto no aplicaba en nuestro caso. ¿Vos creés  (tú crees) que me preguntaron cuál era mi base bíblica para esa afirmación? (Ver: Una balanza de dos platos) Y si me lo hubieran preguntado, ¿me hubieran oído o escuchado? Porque escuchar es prestar atención y analizar lo que te dicen; oír, podés (puedes) recibirlo como un ruido, un relleno, una música de fondo. Y si resultaba verdadero y con base bíblica lo que decía, ¿no deberían haber aceptado esa verdad? ¿No es que “estamos en la Verdad”?

- Pero podrían no tener autoridad para resolver eso. Nos movemos en unidad de criterio; debemos hablar todos de acuerdo.

- Sí, debemos hablar todos de acuerdo, sin sectas destructivas, es así. Pero, si no tienen autoridad suficiente, pueden y deben elevar todo a una instancia superior. Cuando alguien te muestra algo con la Biblia, no podés (no puedes) dar vuelta la cara ni esconder la cabeza en la tierra, como un avestruz.

Escribí al respecto, ¡y hay 34 citas bíblicas!

- Pero, ¡hay que ver si son pertinentes!


- Sí, pero para eso hay que leer, entender, comparar, pensar. Para eso hay que vivir de acuerdo a lo que enseñan.