Yo: - ¿Quién es?
¡July-Ju, qué sorpresa! Ya voy a
abrirte.
….
¿Cómo estás?
Ella: - Bien, gracias. Vine a
charlar un rato con vos. En dos horas tengo que ir a una revisita.
- ¿Quieres pasar a mi casa o
prefieres que caminemos por ahí?
- Prefiero pasar. Ya te dije que
confío en ti. Estuve unas cuantas horas en el territorio y no tengo muchas
ganas de caminar.
- Bueno, nos sentamos, te sirvo
algo fresco o caliente. Lo que prefieras. Tengo café, capuchino, cerveza,
gaseosa o agua fría con limón, la bebida de los precursores. ¿Quieres que deje
la puerta abierta?
- No, no hace falta.
- Es la primera vez que vienes a
mi casa.
- Sí, estaba más cerca que de la
mía, me gusta conversar contigo y podía relajarme un rato, a la par que te veo
y hablo algo con vos. Aprovechamiento del tiempo…
- ¿Qué quieres tomar?
- Estoy entre un café o una
cerveza… Sírveme una cerveza.
- Me hiciste recordar a una
hermana amiga mía que murió de cáncer. Un hermano y yo teníamos un taller de
reparaciones de equipos electrónicos domésticos. Ella solía visitarnos en el
local y los tres tomábamos una botella de cerveza. Ella no estaba acostumbrada
a tomar y un vaso y un tercio la ponía de risa fácil. Si era encantadora en
condiciones normales, con ese vaso de cerveza encima era arrobadora. El hermano
decía: “¡Uy! A esta le damos un vaso más y se pierde…” Ella se reía más y hasta
se sonrojaba. Los tres teníamos una camaradería hermosa. Para disfrutar, gozo
puro. Era una niña grandota.
- ¿Cómo era?
- Una persona espontánea, sincera, libre, limpia. Era una mujer muy bonita, inteligente y culta. Una enciclopedia móvil. Concertista de piano, hablaba cinco idiomas. Era humilde, cálida, accesible, muy buena persona, noble. Un torbellino; Pepita la pistolera, el huracán Catrina. Increíblemente simpática. Precursora. Las tenía todas consigo.
- Una persona espontánea, sincera, libre, limpia. Era una mujer muy bonita, inteligente y culta. Una enciclopedia móvil. Concertista de piano, hablaba cinco idiomas. Era humilde, cálida, accesible, muy buena persona, noble. Un torbellino; Pepita la pistolera, el huracán Catrina. Increíblemente simpática. Precursora. Las tenía todas consigo.
- ¿La querías?
- Síiii, muuucho. Y ella también
a mí. Una verdadera hermana, amiga leal. La extraño.
- No tuviste ningún problema con
su amistad.
- No. Como para tenerlos. Ella
era una institución en la congregación. Además, esposa de un anciano muy
respetado. Él es amigo mío todavía. Nadie decía nada. Él tampoco. Iba a la casa
y si estaba él o no era lo mismo. Jeremías 17: 9 no aplicaba en ese caso.
- Curioso.
- Para mí no. Tito 1: 15. Cuando
la gente es limpia ve todo limpio. Cuando aman, todo lo creen. El que cree
confía, espera.
- Qué duro.
- ¿Por qué?
- Por contraste, los otros son
sucios y no aman.
- Yo hablé del día, no de la
noche. Dije de mis dos amigos, no de los otros.
- Touché otra vez.
[......]
- ¿Otro vaso de cerveza?
- Bueno, gracias.
- Discúlpame que no tengo nada
sólido para acompañar la cerveza.
- No, está bien. Rica, bien fría.
La disfruté mucho. Tanto como tu compañía.
- Tienes algo más de una hora
para la revisita. ¿No quieres dormir una siestita de treinta, cuarenta, minutos
para estar más fresca? Te cambio las sábanas en dos minutos, cierras la puerta
y te pones cómoda. Yo me quedo en silencio leyendo la Biblia. No voy a
molestarte.
- No me vendría mal un sueñito
reparador. ¿No es mucho? Además, ¿vengo a visitarte y me pongo a dormir?
- Si es lo que te hace bien, si
te hace mejor dormir que hablar conmigo, yo contento. Quiero tu bien. Somos
hermanos.
- Me vuelvo a sentir rara otra
vez.
- ¿"Te da cosa" dormir en mi cama?
- Mmm, sí. No es que desconfíe de ti, pero es como un pudor, no sé definirlo.
- Ya están las sábanas cambiadas.
Ahora que hace calor es más rápido. Hasta tengo un cepillo de dientes de viaje
sin estrenar. Cuando te despierte te lo regalo, es tuyo. ¿A qué hora te llamo?
- Y media en punto, me da tiempo
a arreglarme un poco antes de salir.
- Estás fuera de tu territorio. ¿La
revisita es por acá?
- Sí, en realidad, es de mi
amiga, la acompaño a ella. Yo cumplo con mi compromiso, la ayudo a ella a hacer
más actividad y la saco un poco de la depresión que sufre. Lo que se dice:
“tres pájaros de un tiro”.
- Que Dios bendiga tu descanso,
la predicación y el resto de tu día. A tu amiga también.
Ella me dio un cálido, hermoso,
abrazo y cerró la puerta.
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