Una imagen vale más que mil palabras. Pero, ¿qué son fundamentalmente para mí? Una obra de arte y un misterio insondable.
Un problema resuelto puede ser un trofeo, pero como problema ya no nos capta más. Un misterio insondable requiere nuestra atención por una eternidad. La verdadera bendición es que el misterio no se resuelva nunca. Maravillosa sabiduría la del Creador del "problema".
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