No se vende, pero fue comprado

El contenido de este blog no puede ni debe ser vendido, pero ha sido comprado.
El tiempo que uno dedica a las cosas o a las personas es lo que las vuelve valiosas. Cuando doy mi tiempo a algo estoy cediendo mi vida, la vida que transcurre en ese tiempo. El receptor termina teniendo algo mío. Esta es la clave para cumplir con el mandato de Levítico 19: 18: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Pero Jesús nos dio un nuevo mandamiento: Amar al prójimo más que a uno mismo, hasta dar la vida por él. (Juan 15: 12-13) Salvo para defender la integridad de algún integrante de la familia o de alguien muy amado, nuestro sacrificio no es beneficioso en la forma en que resulta el de Cristo. Perder la vida cruentamente en beneficio de otro no redime porque somos pecadores. Pero sí es posible dedicarle tanta atención a alguien que podamos afirmar que hemos dejado la vida en él o por él. No de manera cruenta o sacrificial, sino en cuanto a entrega y dedicación. Así como le dedicamos nuestra vida a Jehová, también es bueno darla por otro invirtiendo nuestro tiempo en él.
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viernes, 11 de septiembre de 2009

Democracia, pueblo y ocio


Todos sabemos que Grecia brindó a la humanidad varias generaciones de pensadores que sentaron las bases de lo que llamamos Occidente. Nuestros códigos de justicia están impregnados de esa vieja sabiduría, mezclados con la moral que influenció al mundo entero a partir de Jesús de Nazaret. La matemática debe gran parte de su base al pensamiento platónico y pitagórico. A partir de ella todas las demás ciencias se ven influenciadas. La lógica, la retórica y hasta la música. Ciencias o artes, todos contienen una parte importante de esa época.

Es notable que la palabra escuela provenga de una raíz griega que significa ocio. La clase pensadora griega era un conjunto de hombres de buena posición económica y que tenía tiempo para invertir en aprender. Los esclavos trabajaban. En general, los esclavos no eran maltratados y comían bien, pero usaban su tiempo para cumplir con sus tareas y los ciclos de luz y de sombras no eran suficientes para dejarles un espacio para cultivarse.

Democracia tiene dos raíces griegas que significan pueblo y gobierno, dando el sentido de gobierno del pueblo. Los esclavos no eran el pueblo. Los ciudadanos libres de Grecia constituían esa clase, la que opinaba, votaba y, eventualmente, gobernaba. Los ciudadanos libres de Grecia eran aquella clase ociosa que tenía tiempo de ir a aprender a la escuela. Usaban su ocio de manera constructiva y remuneradora.

La cosa ha cambiado algo en estos días, pero no demasiado. Se dice que no hay esclavos y todos los ciudadanos hábiles votan. Pero veamos un ejemplo argentino: la reelección de Menem se apuntaló en gran parte en el temor que tuvo la clase media argentina de que se disparara el precio del dólar estadounidense. La gente estaba endeudada en una moneda convertible y ligada directamente a la divisa del norte. Las preguntas son: ¿El voto por la reeleción fue una decisión libre o condicionada? ¿Condicionada por quién o quiénes? ¿Fueron realmente libres los que eligieron? ¿Fue su elección soberana? ¿Gobernaron con sus votos?

Un perro con distinto collar puede lucir diferente, pero es el mismo perro.